‘Segundas partes nunca fueron buenas’,
o eso es al menos lo que dice un refrán español. Este refrán surgió, a priori, haciendo referencia a la
literatura, en concreto a la segunda parte (falsa) del Quijote. Y en efecto
esta segunda parte del Quijote no tenía nada que ver con la primera y original
de Cervantes.
Pero, ¿por qué tiene que ser mala una
segunda parte de ‘algo’? Si nos centramos en el género cinematográfico, ¿por
qué tiene que ser mala la segunda parte de una película? ¿Es que no se pueden
alargar las tramas, los argumentos y las historias? Personalmente, si me gusta
una película o la historia que se cuenta en ella, querré algo más, por
supuesto. Muchas veces eso es imposible, porque las películas acaban con
finales cerrados y bien definidos. Por otra parte, están las películas con
finales abiertos, que nos dejan con las ganas de saber más, de saber que
pasará, hacernos esperar a una segunda o posteriores partes, las cuales acaban
llegando a las salas de cine.
Pero en el caso de las películas con
finales cerrados, ¿por qué se dedican a hacer secuelas, precuelas o segundas
partes que son innecesarias? Lo más seguro es que, viniendo la mayoría de
películas de Hollywood, la industria quiera sacar el máximo provecho a un buen
y rentable film. Y aunque solo tienen el fin de rentabilizar y sacar provecho,
lo único que consiguen haciendo segundas partes totalmente olvidables e
innecesarias es desmejorar a la película inicial, o en otros casos, hacer las
segundas partes peor que las primeras (que en sí ya lo eran).
Un ejemplo de película totalmente innecesaria
de hacer y olvidable (se lanzó directamente en DVD) es Titanic II, película del 2010 y que pretende ser una continuación
de la original del 1997 dirigida por James Cameron. Otros ejemplos los
encontramos en Grease 2 y Dirty Dancing: Havana Nights, dos
secuelas de dos grandes éxitos de la época y de ahora. El intento de Hollywood
por sacarle todo el jugo posible a estos éxitos les salió mal, y de alguna
manera desprestigian a la película original. En estos tres casos, lo que se ha
intentado es hacer unas películas iguales o en la misma línea que las primeras,
y haciéndolo o no, el resultado no ha sido el mismo. Hay que añadir también,
que en las segundas partes no han aparecido ninguno de los atractivos
principales de las películas, es decir, los actores: Leonardo DiCaprio, Kate
Winslet de Titanic, Patrick Swayze y
Jennifer Grey de Dirty Dancing, y los
entrañables John Travolta y Olivia Newton-John de Grease. Patrick Swayze si aparece en Dirty Dancing 2 haciendo un pequeño cameo, pero no era necesario
exprimir tanto al pobre hombre después de 20 años.
Por otro lado, encontramos las
segundas partes de películas también exitosas, pero protagonizadas por el mismo
actor. Podemos decir que también es un intento de Hollywood para sacar el
máximo provecho a un éxito, o porque no, del actor. Algunos ejemplos que
encontramos serian Instinto Básico y
la catapultada gracias a esta película, Sharon Stone. Catorce años más tarde se
lanza Instinto Básico 2, en un
intento de la actriz por volver al éxito que tenía en los 90’s. Instinto Básico 2 resultó ser un más de
lo mismo, aburrida y sin público.
Lo mismo pasa con Una rubia muy legal, película con un gran éxito, nominada a un
Globo de Oro, además de consolidar a Reese Witherspoon como actriz de Hollywood
y nominada también a un Globo de Oro. En Una
rubia muy legal 2: rojo, blanco y rubio, se repite la misma fórmula que en
la primera, haciendo que se pierda lo divertido que habíamos visto en la
primera, y convirtiéndola en todo un aburrimiento, tanto que salió también
directamente en DVD. Lo mismo pasa con Superdetective
en Hollywood y Eddie Murphy. La película fue nominada al Oscar por el mejor
guion, y nominada como mejor película y actor en los Globos de Oro. Es la película
que lanzó internacionalmente la carrera de Eddie Murphy. Esta película, con
gran éxito, ha tenido dos secuelas más, obviamente sin obtener el éxito de la
primera. Más de lo mismo lo encontramos en Ace
Ventura y Jim Carrey. La película, con gran éxito gracias a la gran y cómica
actuación de Jim Carrey, que hizo que se lanzara la segunda parte en seguida.
Más de Jim Carrey pero sin la misma sensación, cosa que no quiere decir que la
película no fuera éxito en taquilla. Por último se lanzó otra secuela, la parte
tres, esta vez sin la intervención de Carrey.
Són muchos los ejemplos que
encontramos. Stayin’ Alive, secuela de Saturday Night Fever, y protagonizada
por un John Travolta olvidado. Secuela de un gran éxito de los años 70,
resultado: película olvidada, y que si no fuera porque he mirado por internet
no sabría ni que existe. Por otro lado tenemos a la controvertida American Psycho, basada en una novela y
con un Christian Bale metido bien en el papel. Un par de años más tarde se
estrena American Psycho 2, con una
aun no conocida Mila Kunis. Esta secuela está catalogada como una de las peores
de todos los tiempos, siendo una película previsible y sin fundamento. El hijo de la Máscara seria otra secuela
que no triunfó, siendo ésta antecesora de La
Máscara, un gran éxito de Jim Carrey y catapultando a una joven Cameron Diaz.
Y los ejemplos continúan. A todo gas 2 (y las siguientes), El regreso de la Momia y La Momia:
la tumba del emperador dragón, Wall Street:
el dinero nunca duerme, la última de Rocky,
El Exorcista 2, el “remake” de Psicosis de Gus Van Sant, etc.
¿Podríamos decir entonces que las segundas partes no son
buenas? ¿Es mejor limitarse a hacer una película y abstenerse de hacer sagas o
secuelas? Con los ejemplos que hemos estado viendo, es mejor pensar que sí, que
segundas partes nunca han sido buenas. Pero…¿Qué pasa con Toy Story 2? ¿Y El Caballero
Oscuro? ¿y El Padrino 2? ¿Terminator 2?.
Al parecer, segundas partes sí fueron buenas…
Mireia Sáez
Periodismo
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