divendres, 21 de juny del 2013

Segundas partes nunca fueron buenas.




‘Segundas partes nunca fueron buenas’, o eso es al menos lo que dice un refrán español. Este refrán surgió, a priori, haciendo referencia a la literatura, en concreto a la segunda parte (falsa) del Quijote. Y en efecto esta segunda parte del Quijote no tenía nada que ver con la primera y original de Cervantes.

Pero, ¿por qué tiene que ser mala una segunda parte de ‘algo’? Si nos centramos en el género cinematográfico, ¿por qué tiene que ser mala la segunda parte de una película? ¿Es que no se pueden alargar las tramas, los argumentos y las historias? Personalmente, si me gusta una película o la historia que se cuenta en ella, querré algo más, por supuesto. Muchas veces eso es imposible, porque las películas acaban con finales cerrados y bien definidos. Por otra parte, están las películas con finales abiertos, que nos dejan con las ganas de saber más, de saber que pasará, hacernos esperar a una segunda o posteriores partes, las cuales acaban llegando a las salas de cine.

Pero en el caso de las películas con finales cerrados, ¿por qué se dedican a hacer secuelas, precuelas o segundas partes que son innecesarias? Lo más seguro es que, viniendo la mayoría de películas de Hollywood, la industria quiera sacar el máximo provecho a un buen y rentable film. Y aunque solo tienen el fin de rentabilizar y sacar provecho, lo único que consiguen haciendo segundas partes totalmente olvidables e innecesarias es desmejorar a la película inicial, o en otros casos, hacer las segundas partes peor que las primeras (que en sí ya lo eran).

Un ejemplo de película totalmente innecesaria de hacer y olvidable (se lanzó directamente en DVD) es Titanic II, película del 2010 y que pretende ser una continuación de la original del 1997 dirigida por James Cameron. Otros ejemplos los encontramos en Grease 2 y Dirty Dancing: Havana Nights, dos secuelas de dos grandes éxitos de la época y de ahora. El intento de Hollywood por sacarle todo el jugo posible a estos éxitos les salió mal, y de alguna manera desprestigian a la película original. En estos tres casos, lo que se ha intentado es hacer unas películas iguales o en la misma línea que las primeras, y haciéndolo o no, el resultado no ha sido el mismo. Hay que añadir también, que en las segundas partes no han aparecido ninguno de los atractivos principales de las películas, es decir, los actores: Leonardo DiCaprio, Kate Winslet de Titanic, Patrick Swayze y Jennifer Grey de Dirty Dancing, y los entrañables John Travolta y Olivia Newton-John de Grease. Patrick Swayze si aparece en Dirty Dancing 2 haciendo un pequeño cameo, pero no era necesario exprimir tanto al pobre hombre después de 20 años.

Por otro lado, encontramos las segundas partes de películas también exitosas, pero protagonizadas por el mismo actor. Podemos decir que también es un intento de Hollywood para sacar el máximo provecho a un éxito, o porque no, del actor. Algunos ejemplos que encontramos serian Instinto Básico y la catapultada gracias a esta película, Sharon Stone. Catorce años más tarde se lanza Instinto Básico 2, en un intento de la actriz por volver al éxito que tenía en los 90’s. Instinto Básico 2 resultó ser un más de lo mismo, aburrida y sin público.
Lo mismo pasa con Una rubia muy legal, película con un gran éxito, nominada a un Globo de Oro, además de consolidar a Reese Witherspoon como actriz de Hollywood y nominada también a un Globo de Oro. En Una rubia muy legal 2: rojo, blanco y rubio, se repite la misma fórmula que en la primera, haciendo que se pierda lo divertido que habíamos visto en la primera, y convirtiéndola en todo un aburrimiento, tanto que salió también directamente en DVD. Lo mismo pasa con Superdetective en Hollywood y Eddie Murphy. La película fue nominada al Oscar por el mejor guion, y nominada como mejor película y actor en los Globos de Oro. Es la película que lanzó internacionalmente la carrera de Eddie Murphy. Esta película, con gran éxito, ha tenido dos secuelas más, obviamente sin obtener el éxito de la primera. Más de lo mismo lo encontramos en Ace Ventura y Jim Carrey. La película, con gran éxito gracias a la gran y cómica actuación de Jim Carrey, que hizo que se lanzara la segunda parte en seguida. Más de Jim Carrey pero sin la misma sensación, cosa que no quiere decir que la película no fuera éxito en taquilla. Por último se lanzó otra secuela, la parte tres, esta vez sin la intervención de Carrey.

Són muchos los ejemplos que encontramos. Stayin’ Alive, secuela de Saturday Night Fever, y protagonizada por un John Travolta olvidado. Secuela de un gran éxito de los años 70, resultado: película olvidada, y que si no fuera porque he mirado por internet no sabría ni que existe. Por otro lado tenemos a la controvertida American Psycho, basada en una novela y con un Christian Bale metido bien en el papel. Un par de años más tarde se estrena American Psycho 2, con una aun no conocida Mila Kunis. Esta secuela está catalogada como una de las peores de todos los tiempos, siendo una película previsible y sin fundamento. El hijo de la Máscara seria otra secuela que no triunfó, siendo ésta antecesora de La Máscara, un gran éxito de Jim Carrey y catapultando a una joven Cameron Diaz.

Y los ejemplos continúan. A todo gas 2 (y las siguientes), El regreso de la Momia y La Momia: la tumba del emperador dragón, Wall Street: el dinero nunca duerme, la última de Rocky, El Exorcista 2, el “remake” de Psicosis de Gus Van Sant, etc.

¿Podríamos decir entonces que las segundas partes no son buenas? ¿Es mejor limitarse a hacer una película y abstenerse de hacer sagas o secuelas? Con los ejemplos que hemos estado viendo, es mejor pensar que sí, que segundas partes nunca han sido buenas. Pero…¿Qué pasa con Toy Story 2? ¿Y El Caballero Oscuro? ¿y El Padrino 2? ¿Terminator 2?.

 














Al parecer, segundas partes sí fueron buenas…




Mireia Sáez
Periodismo

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